BESAME.


Hoy el sentimiento de soledad me embarga.
Soñé que estabas entre mis brazos.
Soñé tu olor,
te soñé…
¿Cómo olvido tu sonrisa?
¿Cómo olvido el sentimiento de tus labios junto a los míos?
¿Cómo se olvida tu piel entre mis manos?
Tu piel junto a la mía,
mis manos en tu rostro.
Tus ojos siendo testigos de los míos
y tu boca dibujando una línea curva al mismo tiempo que la mía.
Me gustaría que hubieras sentido lo que yo sentí.
Que recordaras mis manos en ti.
Tus manos en mí.
Que recordaras la magia que creía que sentíamos.

A LA SOMBRA DE TU SONRISA.


A la sombra de tu sonrisa

hasta las horas descansan,

es que el tiempo no lleva prisa,

es que el cielo se deshidrata.

A la sombra de tu sonrisa

hasta las grietas rejuvenecen,

la oración se petrifica

y hasta de signos ella adolece.

Los misterios se desentrañan,

el pulso se ralentiza

y en do menor las brisas

que tus pupilas empañan.

Lo externo se distorsiona,

los jardines se martirizan

cuando todos se posicionan

a la sombra de tu sonrisa.

Para enfrentar esta vida enfermiza

aprendería yo a meditar,

pero solo si ese lugar

es a la sombra de tu sonrisa.

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