PERMITAME DEDICARLE UNA POESIA.


Permítame dedicarle una poesía. Esta no es como de aquellas que siempre se pierden entre los suspiros de un viento primaveral. No. Esta es única en su tipo, pues, inundada con mis labios rebosantes de esa tinta que quiero que rime en su piel durante las noches de luna llena, que es donde yo la elevo hasta la negrura de ese cielo que hay en sus ojos, adornado por las estrellas que brillan en sus profundidades.

Esta no es una poesía como tantas otras, pues, va incólume de sus ayeres para permanecer en usted en sus mañanas y que sepa así de que sus presentes están calcados en cada verso que usted recita con sus labios. Es ahí donde yo quiero verme reflejado como esa alegoría que yace en cada verso para luego dejarme caer como niebla sobre su cuerpo durante la noche, así, fugitivamente como silencioso susurro dado por sus labios que se decantan en cada uno de estos versos, de esos que se pierden en los límites de esas rimas que desean posar deseososas al borde de su cintura desde donde empezarán a hacerle el amor de manera furtiva, sin que usted se entere de su presencia, pues esta poesía también va embelesada con cumplir su objetivo, que es el de demostrar su perfección a cada paso a cambio de hacerle mil locuras en su entrepierna, con la esperanza de que vea en cada verso a ese poeta que la desea con lujuria eterna.

Por eso, quisiera que la recibiera sin más, silenciosamente, pues, el bullicio es como una perturbación intensa que a veces es capaz de emborrachar sentimientos para que se pierdan en sus haberes. De ahí que le sugiero que guarde cada verso a la altura de sus senos, desde donde yo beberé de su propia esencia para fortalecerme en mis acontecimientos

.De ahí que le sugiero de que permita posar estos versos a la altura de su vientre, en donde mis labios dejarán esa huella más allá de su propia mente como para que recuerde la perfección que yace ahí.

De ahí que le sugiero que le dé de beber también de su entrepierna para que borre esa sed de usted y se sacíe en el desierto amplio de su piel para que se pierda entre sus múltiples orgasmos en cada rima, y así vea que cada verso de esta poesía estará siempre emborrachado de la esencia de su ser. 

NOSTALGIA.


Silencio que brama en la oscuridad de la noche, soledad que estremece sin piedad.

Astillas de mi alma son esparcidas por doquier; tiempo que como espina hiere dejando huellas de sangre por todo mi sendero.

Madrugadas frías traen consigo recuerdos saturados de insomnio, esperanza que se esfuman con la luz del nuevo día; lejanía y ausencia conciben el dolor y la tristeza. Yo con la mirada perdida, con el dolor pertinaz dentro de mi pecho.

Amar lo ajeno es pecado, pero aún así no me arrepiento, impío seré hasta la muerte por amarte como te amo.

Nostalgia que me acompaña, agonia que me persigue… «Hastío que fuerte golpea»

Duro peregrinar ha Sido el mío y aún no sé dónde iré a parar.

Cómo halcón viejo y cansado ya no tengo fuerzas para volar.

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