TARDE GRIS.


Esa tarde gris, que era el adiós para 

los dos; 

tú querías verme llorar.

 me quedé asombrado, porque lo hiciste 

tú.

 Yo te amaba con todo el corazón, 

pero tú lo quisiste así.

No te rogué; para qué hacerlo si no tienes amor 

para mí.

En vano es rogar, eso es hacer 

sufrir mi corazón; por eso no habrá 

llanto, y que reine el amor en mí 

igualmente son mis deseos para tí. 

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: