LLEGASTE CON LA LLUVIA.


Llegaste una noche de lluvia
por la ventana semiabierta
fuiste brisa tibia que en el

lecho se hizo Mujer
Hiedra apasionada trepaste
por mi cuerpo me enviólviste
con tu piel, dejando libres mis
manos que inertes a mi lado sin
atinar a detener tu enajenante
manera de sojuzgar
mi virilidad entre tus labios 
hasta saciar tu avidez
Tomé en delirio tu rostro y a mi
boca te elevé, juntos los labios
compartiendo sabor de amor

Sujétame ahora, en este ir y venir de sonrisas
sujétame en tus labios entre dulces besos
Sujétame ahora que que mi corazón es vital
y mis manos llevan a nuestra intimidad la codicia
experiente y fogosa trascendental para elevar la
cópula a un estrecho lazo que desde el sexo anude
el alma y sean una amorosa conjunción

Deja que hable tu cuerpo
deja al silencio ser murmullo primero
Deja tu sangre impulsarse
ser mar embravecido en nuestra noche
susurra tus miedos suspira tu amor
gime y grita el gozo conmovedor liberado
En un último impulso pálidos ambos dame
tu sollozo de regocijada emoción

FRIO EN MI CORAZÓN.


Siento frío en mí,

 hasta en la alcoba teniendo la hoguera prendida;

 al ver que no llegas tú, me da melancolía; 

porque me haces falta con tu presencia,

ven para que endulces mi noche, y no 

tener ese frío de amor.

 me quedo dormido con esta pena que llevo.

Que no daría por tenerte en mi regazo,

y arranque este pesar que me entristece 

mi corazón,

 por tú ausencia mujer.  

GARBO DE AMOR.


Por sentirme poeta, del amor arrullado,

por vivir mi existencia sin fatídicas penas, 

por gozar los amores, sin que me aten cadenas,

me preguntan si nunca la pasión me ha inspirado.

Por vencer los fracasos, de coraje dotado,

por reírme de engaños, y terribles condenas;

por mirar en mis ojos, mis pupilas serenas,

me preguntan a veces si jamás he llorado.

El amor que en mi nace, con la fuerza del viento,

es amor que destila sentimiento gigante

y que envuelve con flama de pasión voluptuosa.

Mas si acaso la ingrata me causara tormento,

y pagara mi arrullo, con traición denigrante;

al instante la olvido por su acción venenosa.

Y si luego llorosa

el perdón me pidiera melancólica y triste;

la perdono y le digo que mi amor ya no existe.

 

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