En ocasiones después de haber sumado tanto, debemos tomar un respiro y comenzar a restar.
Porque a veces en el amor, al sumar se obtiene cero y no es que el cálculo este mal, es tan solo que estar en ceros, es estar con un mismo, es saber que en el silencio se multiplica y no se divide la vida.
Un latido menos o una vida más, un suspiro que potencia el alma, en la ecuación perfecta, aquella que da como resultado un beso, ese que se da y permanece intacto, un denominador común, conjunto indivisible en el amor.
Siempre en cada detalle menos es más, como aquella gota de rocío en la tersura de una rosa y en la sutileza de su aroma.
Un pensamiento pequeño, en lo infinito de una mirada, tan sencillo como eso, al trascender el alma.
Menos es más, cuando se abraza con ternura, antes de hacerlo con locura.
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