OLOR A AZAHAR.


Se quedará en nuestras mentes

aquellos bellos recuerdos

allá como adolescentes

vivimos grandes momentos.

La habitación de ese hotel

los pétalos sobre la cama

un globo con un cartel

decía  cuánto te amaba.

Como olvidar esa noche

bajo el puente de Triana

tú mirabas las estrellas

yo te besaba en la cama.

Los paseos por las calles

que transpiraban historia

son los pequeños detalles

que quedan en la memoria.

El río Guadalquivir

testigo de nuestros besos

tan hermosos de escribir

que en el agua son espejos.

La Giralda, los Alcázares

la Torre del oro exclaman

que fue de esos ojos verdes

que con tanto amor miraban.

 

AMOR DORMIDO.


Nunca imaginé

que la  fragancia de tus besos,

adherida a mis recuerdos

la encontraría

al final de mis días,

cuando mi  vida se tornaba

apacible y triste,

con tardes grises.

Y que sólo al ver tu rostro

iluminado por tu esplendorosa sonrisa

comprendería mí alma

que en tu corazón

aún latían emociones,

y en tu alma palpitaban

los sentires y sensaciones

de un amor dormido…

que necesitaba despertar

de entre los sueños del olvido.

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