El resplandor de esos ojos
que iluminarán mi vida
no envidiarian el plateado
de aquella luna llena
qué alumbrara la noche
en que dejara desierto
al corazón encendido
en que su amor albergó.
Vete libre,
toma el viento del norte,
persigue tu sueño
que, aunque a mí me llevaste
a un lugar sin destino
no reprocho haber sido
cómodo de tu amor con arrojo
que duerme en mi pecho
sin decir adiós
Y es que,
se va de mi tu cuerpo,
se van de mi tus besos,
se van de mi tus manos
y tus ojos negros
que no recrimino
porque en parte tu alma
así como tu recuerdo
se hospedó en mi corazón.
Recordaré tu cuerpo,
recordaré tus besos
y tus ojos negros
que, al paso del tiempo
los veré pasar
asi como una canción amarga
que, aunque te duela y te duela
quieres volver a escuchar y escuchar.