LUCES DE AMOR.


el recuerdo imborrable de su brío;

y en mi mente su imagen la retengo

destilando su regio lucerío.

En las noches, a veces me entretengo

dibujando su delicado señorío;

con aquel su magnífico abolengo

de una diosa, con místico atavío.

Recordando su voz tan dulce y tierna

delirando me encuentra la mañana;

porque extraño su encanto tan glorioso;

ya que fue de mi vida luz eterna

que me abriera de amor su gran ventana;

con su rayo divino y luminoso.

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