Fue tanto el encanto
que dio tu sonrisa
que no daba premisa
para el espanto
por cuanto el quebranto
no se dejaba observar,
podía jurar que su mentira
era verdad
que la premisa de su carisma
sería el prisma para mi alegría
pero vaya que fría su alma
que cual fantasma me asusta
de muerte.
Fue solo tenerte tenerme contento
un instante
no obstante perderte me hace quererte olvidar
y dejar de pensar la razón
el porque de un adiós anunciado
al inicio
porque a mi juicio entre tus vicios está el de romper corazones.
Sabía tus intenciones pero te quería amar.