Llagará al anochecer
el recuerdo de sus ojos,
de su cuerpo, de sus besos
de esos ardientes momentos
en que la amé como un loco.
Y en un cuarto silencioso
brotará mi inspiración,
con tan solo imaginar
que la vuelvo a acariciar
se enciende la habitación.
Pero acaba el resplandor
cuando aparecen las sombras,
porque llega la alborada
y se esconden las palabras
a mis versos y a mi prosa.
Es mi cómplice la noche
y mi enemigo es el día,
es muy triste ser poeta
pues sucede que enloquezca…
Por un amor… que no olvida.
iluminar de lujuria las madrugadas…el recuerdo de otras vidas….besos al vacío desde el vacío
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…… y que viva la lujuria. Tienes que rellenar ese vacío…
Un saludo.
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