DIME QUE ES EL AMOR.


Haciendo un recuerdo de mi vida.      sentí estar enamorado, sentí que el mundo se hunde a mis pies, sentí que soy dueño del mundo.

Sentí dolor, se derrumbaron edificios de esperanzas, de cartas y agonía, el placer del jugador que nunca pierde, pero sufre.

Hoy salí a buscar el amor, lo busque en el día, en la tarde hasta la noche

Intercambie miradas, ideas hasta saliva,hable de sentimientos, emociones, me llene de palabras

Si si hoy salí a buscar el amo., me olvide que lo llevo dentro de mí, en mi corazón, en un poema que no lo termino de escribir, el amor es mi sombra cotidiana,vive en mi casa, es el amor de todos los días, es mi eterna compañera.

Te quiero ahora, si ahora, te quiero por siempre.


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MELANCOLIA.


—¡Vuelve y mira lo que has hecho!— cada día así te imploro
agotado por el llanto que me causan tus vaivenes,
a la orilla del abismo poco a poco ya me tienes,
anda y vuelve lo más pronto. Vida mía, aún te adoro.

Sumergido en el recuerdo voy cargando mi tesoro;
una cruz casi invisible con señales de desdenes.
Una muerte me propinas como joya en almacenes,
una muerte que es causada por lo mucho que te lloro.

Si este ruego lo escucharas sin recado ni firmante
algún día. Ya no temas. Este ruego es mi dolor.
Es un eco ya sin vida taladrado y estrujante.

Este ruego representa la agonía y pundonor
del estío apabullado por el alma de tu amante.
—Si lo escuchas o lo lees, ¡vuelve, vuelve, dulce amor!

AMOR INCOMPRENDIDO.


Te quise en tu presencia majestuosa;

te ame con vehemencia en tu reiterada ausencia ;

era un amor sin condiciones

en el que sacrifiqué muchas cosas;

puse en juego la sensatez de mis emociones.

Te ame tanto que sacrifique mis convicciones

en busca de un oasis de ternura y de pasiones;

me humille hasta límites

despreciables

que me llevaron a niveles reprochables.

Te adore con trágica agonía 

del que espera infructuosamente la calurosa cercanía

del ser amado, que por cobardía se ha esfumado;

de los momentos marcados por el tiempo,

que dejaron huellas imborrables,

mancillando los tiernos momentos

de un idilio deshonesto e inexplicable.

CUANDO YA NADIE TE NOMBRE.


Cuando ya nadie te nombre

Y las palabras de amor ya apagados

Cedan al silencio, aquel tiempo perdido

Cuando sientas en el alma soledad

Y tus ojos hablen de noches llorados

-preguntandote si alguna vez-

Alguien te ha querido…

Cuando ya nadie te nombre

Y tu esperanza agonize oculto entre rezos

Cuando creas vacio tu horizonte

Y sientas cerca el fin de tu camino

¡piensa en aquel! Que aguarda por tus besos no

¡en aquel! Que siente ser tu destino

-el mismo- que te escribio estos versos

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