En la arena oscura donde caen los sueños rotos.
Fulgorece de pronto como un lucero, buscándote, hambriento, con la luna ensangrentada.
Ahí las barcarolas ciñen melodías, con la corola rendida, con truenos, con el crepúsculo colgando del cielo, amor, se van creando las letras de éste poema.
Bien amada, en el atlas marino caen como relampagos mis besos haciéndose uno con tus labios húmedos.
Y cuando me miras veo nacer las estrellas.
Yo voy amándote sobre estos caminos taciturnos con el canto del viento y las sombras.
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