AMOR ERRANTE.


 
Aquí mi amor se hace presente.

En la arena oscura donde caen los sueños rotos.

Fulgorece de pronto como un lucero, buscándote, hambriento, con la luna ensangrentada.

Ahí las barcarolas ciñen melodías, con la corola rendida, con truenos, con el crepúsculo colgando del cielo, amor, se van creando las letras de éste poema.

Bien amada, en el atlas marino caen como relampagos mis besos haciéndose uno con tus labios húmedos.

Y cuando me miras veo nacer las estrellas.

Yo voy amándote sobre estos caminos taciturnos con el canto del viento y las sombras.

UN AYER QUE NO SE OLVIDA.


Dónde estarás amor mío,
quién a tu lado estará;
yo no te puedo olvidar
me he convertido en suspiro;

en lontananza te escribo,
acaso lo leerás,
o sera un algo banal
de aquel pasado perdido;

si eres feliz, cuánta dicha,
sigue por siempre feliz,
me guardaré tus caricias

y los besos que te di, 
mi corazón no te olvida
sin ti no puede vivir… 

DESTELLOS DE AMOR.


Vuelan quimeras ante la obsidiana mirada
de unos risueños ojos, serenos pero inquietos,
son rayos misteriosos venidos del Olimpo
que forman azulados destellos vespertinos.

¡0h mujer! eres música, poema y manantial,
eres un claro otoño que esconde primaveras.
Detrás de tu sonrisa la alborada aparece
resplandeciente, blanca, curtida de esperanza.

El arco iris se viste de rosas y jazmines
son pétalos inquietos llevados por el viento
hacia mágicos lares donde habitan las musas.

Te espera ufano Zeus en el monte Helicón
y te miro extasiado mientras versa mi pluma
formando este poema, con tu luz diamantina.

A %d blogueros les gusta esto: