TĂş la conoces, tĂş sabes cĂłmo se llama,
La Ăşnica mujer; que mi corazĂłn ama.
Ve y cuéntale,
Que, en silencios de noche pienso en ella;
Y que, en mi cielo, es mi Ăşnica estrella.
Ve y cuéntale,
 Que cada mañana,
Cuando el sol
Se asoma a mi ventana;
Me falta su amor,
Añoro su calor.
Ve y cuéntale,
 Que, en vigilias contemplando la luna,
Veo en ella, el reflejo de su alma pura.
Ve y cuéntale,
 Que cuando mi piel,
Siente la brisa;
Añoro en mi ser Â
Sus frescas caricias.
Ve y cuéntale,
Que culpable soy de sacrilegio,
Y acusado estoy por herejĂa.
Por ella, desafié al mismo cielo,
Por ella, ya no venero a MarĂa.
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