Me gusta el silencio cuando me habla de ella,
cuando se pone a contarme sus secretos con tanto afán.
Ese silencio, que provoca pausas,
que hacen eco en los latidos de mi corazón y del suyo.
Silencio que se vuelve cómplice del viento
para murmurarme despacito que ella existes en este mundo.
Me encanta ese silencio, por instantes indiscreto
libre e infinito, navegando en mis pensamientos, tan suyos.
Silencio que es ella, escondida en mis adentros
atesorada entre mis espacios, brillando en mis ojos.
Silencio que es respuesta a todas mis preguntas
y paz a todas mis inquietudes.
Silencio, sigue hablándome de ella
que atento deseo saber de la belleza de su alma.