AMOR EN LA ARBOLEDA.


Cantaba dulce el viento, y a su paso,

sus notas orquestaban los cantares

de árboles alegres, cual juglares

danzantes a las luces del ocaso.

Andaban nuestras almas la floresta,

tomadas de la mano en travesía

por sendas aun no vistas todavía,

buscando en su querer una respuesta.

Apoyo eterno tú y yo nos juramos,

el bosque entero se volvió testigo

del amor que tú y yo nos profesamos

que a nuestras almas sirve como abrigo.

Tantos momentos por los que pasamos…

no hay duda que mi vida está contigo.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: