LOS MEJORES POEMAS DE AMOR DE PEHIRU
POEMAS ROMANTICOS DE AMOR Y DESAMOR.
Me llevas a lugares insospechados
cuando me tienes entre tus brazos
y me miras con tus ojos de cielo;
siembras luces en mi alma…
y de amor, mi pecho se inflama.
Amándonos es mi estado perfecto;
la melodía a la distancia, engalana
nuestro tiempo, las palabras se agotan
y prefiero que el silencio lo diga todo.
Me embriago entre tus fragancias;
tus sabores se encarnan en mi aliento
que, adormecido en ti… se extasía…
divina ambrosía es tu paso en mí.
El amor es la fuente interminable,
de versos que brotan sin cesar,
el corazón es el pincel diáfano,
que pinta los más hermosos paisajes,
uniendo las rimas con maestría,
creando poesía que deleita.
En cada verso un sentimiento,
que late al ritmo de su cadencia,
palano,
que plasma sobre el lienzo del alma,
un poema más hermoso que el mundo entero.
Una poesía que se extiende por los cielos,
que se adentra en los mares más profundos,
que abraza a las montañas más altas,
y acaricia con ternura a los pajarillos.
Es un poema que nace del amor verdadero,
que emana de nuestros corazones entrelazados,
que se convierte en la melodía más dulce,
y en la sinfonía más sublime de la vida.
Es un poema que se escribe cada día,
con besos, caricias y sonrisas,
con miradas que se funden en la eternidad,
y con abrazos que nos hacen sentir que volamos.
Este poema es infinito, como la luz del sol,
y siempre será el más hermoso del mundo,
porque es el reflejo de dos almas que se aman,
y que juntas crean la poesía más larga y bellísima del universo.
Hoy mi amor
Eres como un cielo de cristal
Hermosa, intocable, apacible
En ese esplendor, resalta tu belleza
Como un diamante puro y brillante
Tus labios, Oh, tus labios rojos de granate
Tu cutis de perla y seda
Tus mejillas sonrojadas
Tus manos de hada
Tu sonrisa alimenta mi alma
Como el sol a la flor dormida
Después que la noche pasa.
No sé si estaré contigo
O si estarás en mí, para siempre,
Diosa erótica, que enloqueces
Tú, sacias mi sed de amor
Sin ti no sabría que hacer
Tengo temor de perderte
A veces desconozco
el camino de tus pensamientos
y entro en pánico y celos
se que me amas, por tus palabras,
me he acostumbrado a tus besos
y a tus labios, a veces tímidos
a veces cálidos,
me aterra pensar
que pudieran no ser míos
alguna vez.
Como tus labios pueden ser,
Pétalos de miel.
Como en un simple besar se puede sentir tanto.
Son tus besos un huracán en erupción,
Algo que enciende las estrellas en mi corazón,
y me eleva al cielo alcanzando las velas encendidas en la noche.
Es como correr al atardecer con alas en los pies.
Como si cada paso sea el ritmo de una canción.
Pero caminando en el rojo vivo de tu corazón,
Te enceño a sentir las muchas cosas que siento yo.
Pero te prometo que aunque vuele alto,
Siempre estaré en contacto posándome en tu corazón.
Te amo y no lo dudo,
Por que eres mi tesoro y mi futuro.
Hoy quisiera recorrerte
De manera muy sensual…
Entre mis brazos tenerte
Y comenzarte a besar…
Muy sutil y lentamente
Mientras mis ojos observan
A los tuyos fijamente
Pero con cierta reserva!
Aprecian tu excitación,
Como te pones inquieta,
Y de tu cuerpo el calor
Que por los poros eyecta!
Tus labios desesperando
Deseosos por degustar,
Lo que estás imaginando
Y que aquí no he de nombrar!
Mientras escribo te pienso
Y los vocablos me acusan,
Por desnudar tal momento
Aunque entre frases difusas…
Que expresan, pero no dicen.
Que hacen ver, pero no muestran.
Y que todas se condicen
Para librar las cabezas…
A un mundo de fantasías
Y de ilusiones creadas,
Por las neuronas bandidas
Cuando se ven liberadas!
Quisiera, mi dulce niña!
Quisiera, mi bella amada!
Todas mis letras reunidas
Van buscando las palabras…
Que enuncien lo que deseo
Y en lo posible, rimadas,
A mi forma, desde luego…
Y ya me fui por las ramas.
Volviendo a ese punto exacto
Diré para terminarlas…
Que mi anhelo está guardado
Y tú y yo… Ambos en llamas!
Me gusta verte
es claro que me enamoras
eres joven y ardiente
puedo mirarte por horas
Mujer de sonrisa alegre
te veo y me pierdo en ti
te voy a querer por siempre
si dije que no me gustas, mentí
La luna no quiero bajarte
ya tu brillas con tu hermosura
bajo ella prefiero amarte
y es mi corazón quien lo jura.
Yo seguiré escribiendo mientras sus ‘ojos brillen’
cual fulgurante rayo caido desde el cielo,
plasmaré eternas letras, que jamás te mancillen
en tanto te entretejes los hilos de tu pelo.
Cuantas veces he ansiado el fuego de sus ojos
«el sagrado aliento nacido de sus besos»
ese seño sincero que en sus cejas renace,
o, el fragante aroma que despide su cuerpo.
Fuiste ante mis ojos, eterno nimbo blanco
otras, simple pañuelo que encubrió
mis lamentos;
verso en mi poema, aroma y suave ungüento
cuando en las largas noches, poblaste mi aposento.
Y, tal vez, no lo sé, se ocultarán mis lagrimas
al divisar su rostro juvenil en verano,
«puedo intuir su voz, puedo advertir sus pasos
en las anchas aceras, vacías de mi barrio».
Seguiré escribiendo interminables horas
sobre el papel manchado, con tinta negra o roja,
el tiempo viciará, lo que viejas serán hojas
Aunque arrastre con él, escritas mil historias.
Y, como lo que escribo, lo hago pensando en las horas,
interminables horas de amor y desengaño.
— Puede el invierno cruel helar aquella historia
o, un trozo de papel, encenderla año tras año.
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