YO SEGUIRÉ ESCRIBIENDO.

Yo seguiré escribiendo mientras sus ‘ojos brillen’ 
cual fulgurante rayo caido desde el cielo,
plasmaré eternas letras, que jamás te mancillen
en tanto te entretejes los hilos de tu pelo.

Cuantas veces he ansiado el fuego de sus ojos
«el sagrado aliento nacido de sus besos»
ese seño sincero que en sus cejas renace,
o, el fragante aroma que despide su cuerpo.

Fuiste ante mis ojos, eterno nimbo blanco
otras, simple pañuelo que encubrió 
mis lamentos;
verso en mi poema, aroma y suave ungüento
cuando en las largas noches, poblaste mi aposento.

Y, tal vez, no lo sé, se ocultarán mis lagrimas
al divisar su rostro juvenil en verano, 
«puedo intuir su voz, puedo advertir sus pasos
en las anchas aceras, vacías de mi barrio». 

Seguiré escribiendo interminables horas
sobre el papel manchado, con tinta negra o roja,
el tiempo viciará, lo que viejas serán hojas
Aunque arrastre con él, escritas mil historias. 

Y, como lo que escribo, lo hago pensando en las horas, 
interminables horas de amor y desengaño. 
— Puede el invierno cruel helar aquella historia
o, un trozo de papel, encenderla año tras año.