LOS MEJORES POEMAS DE AMOR DE PEHIRU

Cuando el amor se va

los rostros parecen más difusos, 

el tiempo se alarga

la comida sabe más a papel

Cuando el amor se va

el tabaco es la compañía, 

lloras por dentro todo el tiempo

recuerdas su nombre

Cuando el amor se va

pierdes las esperanzas poco a poco

se repiten los días a menudo, ·

añoras el pasado. 

Cuando el amor se va, 

los edificios se empiezan a derrumbar

quiero ver el final…. 

la soledad se hace mi hermana. 

Es mi mundo oscuro ocurre cada día

una manifestación que a falta de futuro

no lo veo claro pues acabo sin la energía

que necesito y esto es pena y muy duro.

Que necesito una Reina muy agradable

dándome calor dos cuerpos desnudos por mí visto

como un acto necesario y a mi entender razonable,

así de esta manera quiero yo ante ella, que existo.

N·o es nada bueno, como yo la fuerte necesidad

de esa Reina una ilusión jamás deba romperse

que de no cumplirse uno acaba en soledad.

Y la soledad no es buena si el abstenerse 

al amor no es por voluntad propia no hay vida

y ante esto posible que nunca se cure herida.

Eres ciego y tú no ves.

Y ciego soy es verdad

pero veo en igualdad

huelo cuando ya no estás

noto cuando tú me mientnes

percibo también el viento

si me tocas yo te siento

y siento cuando te vas.

 Veo el olor de las flores

no me quieras imitar

veo aire con respirar

y mira no es un reproche

que yo te veo en mis sombras.

Aunque me ves como ciego

no me imites te lo ruego

todo lo veo en la noche.

 El ciego puede ser ciego

pero te puede mirar

con sus manos al tocar

con ojos que son oídos

con oídos que se ve.

Hago caso siempre al ciego

su palabra no la niego

su vista son sus sentidos.

En calma, por la mañana,
salí a contemplar las flores,
admirar bellos colores
que ayer vi por la ventana,

sutil fragancia y la calma
que reina en los corazones,
sin número de canciones
dejan las aves en mi alma;

bellas gotas de cristal
sobre pétalos de seda
sensación tan celestial

una emoción que destella:
el no poder olvidar
a esa doncella tan bella…

Casi sin pensarlo

le leí un poema…

Ella se ha quedado 

muda de sorpresa.

Muy lento respira… 

seria, parpadea.

Lo que no esperaba… 

su fría respuesta.

“Es perder el tiempo, 

que por más que intenta

que no los entiende, 

odia mis poemas.

Que son sólo historias,

ella no recuerda 

lo que cuento en versos 

que escribí por ella…”

Duelen sus palabras,

muy fuerte golpean.

Pondré por un tiempo 

en pausa mis letras.

Me ha quedado duda 

si ha sido sincera…

Ella no lo sabe,

pero, me doy cuenta

de su suave aroma 

preso en mi libreta.

Acaso le gustan… 

tal vez estrategia

hacerse la ruda. 

Quizá yo debiera…

decirle al oído

antes que se duerma,

mezclado con besos… 

un dulce poema.

Emanaba calma de su mirada profunda

como agua refrescando la distancia

renovando la historia, conmoviendo el destino,

derritiendo los hielos que impiden los latidos

y hacinan el pensamiento, desprovisto de afecto

Todo se abandona ante ti,

mi cabeza, mi cuerpo,

mi alma y mi sentir,

renuncian a la agonía de la soledad,

que ha tajado el tiempo,

como imagen tronchada por la mitad,

reclinada, de rodillas, adorando el olvido

Deje que el firmamento roto derramara los rayos de la pena,

Trace las líneas de lo que sería el camino,

y escogí un lugar para establecerme,

escogí las palabras para explicarte mi vida.

Las ruinas de mi pasado se renovaron con tu dignidad,

mi orgullo natural fue humillado con tu humildad,

las sombras oscuras de la noche, fueron iluminadas por tu claridad

Tú, la brillante, la incondicional,

transformaste la caricia en bondad

el viejo libro en una vida por disfrutar.

Quiéreme como soy,

No me quieras de otra manera,

Quiéreme como soy.

Quiéreme solo la mitad, 

Si, solo la mitad,

La mitad de lo que te quiero yo.

Estoy seguro,

No me quieres tanto,

O tal vez,

No me quieres tanto como necesito que me quieras. 

Quiéreme como soy,

No es dificil,

Así quiero que me quieras,

Sin obsesión.

Quiéreme como soy,

Pero, así no me quieres tú.

La vi entrar en mí pero no la vi salir,
La vi llevarse todo, ella quería partir.
Su ausencia aún duerme en mi cama
Y me dice: “de ese amor ni la soflama”.

Solo quedaron recuerdos amargos,
Acompañados con buenos tragos,
malos momentos que la nostalgia
los hace ver bien, ¡vaya magia!.

Era como un pájaro enamorado,
entre sus piernas terminé enjaulado,
Añoré la libertad y cuando la sentí,
no sabía que hacer así que volví.

Pero ella ya no estaba ahí, 
sentí que el camino a casa perdí,
creía que sin ella ni podría vivir,
Pero recordé que podía volar.